Muy sobrecogida ando en estos días. Mirando la bandera que ondea sobre la esquina de la 24st y la 107 Avenida de SW.
No es patriotismo barato, ni es que me acabo de enterar que los cubanos hemos invadido Miami.
Es que a veces quiero volver a esa casa donde soñaba con ser peluquera, y mi madre que no, que solo como hobbie. Cuando la felicidad se parecía a un helado de chocolate de Coppelia, y jamás tenía insomnio.
viernes, mayo 18, 2007
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